Los milagros de Jesús y su humanidad
La Mesa Servida
109. El día en que Al-lah reúna a Sus mensajeros (el Día de la Resurrección) y les pregunte: «¿Qué respuesta obtuvisteis (de los hombres cuando los exhortabais a la unicidad de Al-lah)?», estos responderán: «Lo desconocemos; realmente, solo Tú posees el conocimiento absoluto de todas las cosas».
110. (Y recuerda a tu gente) cuando Al-lah le dijo a Jesús, hijo de María: «Recuerda las gracias que te he concedido, así como a tu madre, cuando te apoyé y fortalecí con el ángel Gabriel para que hablaras a los hombres en la cuna y en la madurez; y cuando te enseñé la escritura y la sabiduría, la Torá y el Evangelio; y cuando modelaste, a partir del barro, la figura de un pájaro con Mi permiso y soplaste en él, y se convirtió en un pájaro de verdad, con Mi permiso; y cuando curabas al ciegode nacimiento y al leproso con Mi permiso; y cuando resucitabas a los muertos con Mi permiso; y cuando te protegí de los hijos de Israel, cuando llegaste a ellos con claros milagros y dijeron, quienes de entre ellos rechazaban la verdad, que no era sino pura brujería;
111. »y cuando inspiré a tus discípulos que creyeran en Mí y en Mi profeta (tú, Jesús), dijeron: “Creemos. Sé testigo de que nos sometemos (a Ti)”».
112. Y (recuerda) cuando los discípulos dijeron: «Jesús, hijo de María, ¿puede tu Señor hacer descender sobre nosotros una mesa servida del cielo?». (Jesús) respondió: «Temed a Al-lah, si de verdad sois creyentes».
113. Dijeron: «Queremos comer de ella y tranquilizar los corazones (afianzando nuestra fe) y asegurarnos de que dices la verdad y ser testigos de ella».
114. Jesús, hijo de María, invocó a Al-lah diciendo: «¡Señor nuestro!, haz descender sobre nosotros una mesa servida del cielo que sea motivo de celebración, para el primero y último de nosotros, y una prueba de Tu poder (y de que aceptas mi súplica para que ellos acepten el mensaje que les transmito). Y concédenos de Tu provisión, pues Tú eres el mejor proveedor».
115. Al-ah dijo: «La haré descender sobre vosotros; mas, quien tras ello rechace la verdad de entre vosotros recibirá un castigo de Mi parte como nadie antes en el mundo habrá recibido».
116. Y Al-lah dirá (a Jesús el Día de la Resurrección): «Jesús, hijo de María, ¿dijiste tú a la gente que te tomaran a ti y a tu madre por divinidades en vez de a Mí?». (Jesús) dirá: «¡Gloria a ti! ¿Cómo iba a decir algo que no tengo derecho (a decir)? Si lo hubiera dicho, Tú lo sabrías. Tú sabes lo que hay en mí mientras que yo no sé lo que hay en Ti; Tú eres el conocedor absoluto de todas las cosas.
117. »Solo les dije lo que Tú me ordenaste decir: “Adorad (solamente) a Al-lah, mi Señor y vuestro Señor”. Y fui su testigo mientras permanecí entre ellos; mas, cuando me ascendiste[201] a ti, fuiste Tú Quien los supervisó; y Tú eres testigo de todas las cosas.
118. »Si los castigas, son tus siervos; y si los perdonas, Tú eres el Poderoso, el Sabio».
119. Al-lah dirá: «Este es el día en que los veraces verán su veracidad recompensada. Obtendrán jardines por los cuales corren ríos, y allí vivirán eternamente». Al-lah estará complacido con ellos y ellos con Él; esa será la gran victoria.
120. A Al-lah pertenece el dominio de los cielos y de la tierra y de cuanto hay en ellos; y Él tiene poder sobre todas las cosas.